Amanezco en las noches
cuando la luna está por verse
y la ciudad se dispone al descanso.
Es cuando mi energía aflora
y la mente vuela.
Las fantasías vigilan mi sueño
y en el alba la hora azul se vuelve cielo,
y escribo a la vida y a mi alma.
Espanto de la cabeza cualquier Corona
y pienso en las flores y el rocío.
Me ayudan a mirar el cielo
y a las hojas que caen con la brisa.
El día pasa camino al atardecer.
Misteriosa transformación
de luces y sombras.
Somos noche, somos día...
Yvette Ruben
Bella poesía Yvette, somos eso exactamente, somos existencia.
ResponderEliminarRene, no pierdes tu sensibilidad exquisita y gracias por compartir.
ResponderEliminar¡Preciosa! Eres una gran poetisa.
ResponderEliminarJosé María, ojalá lo fuera!
ResponderEliminarEscribo pensamientos y me halaga tu comentario. Gracias!