Entre escombros y abandono
nacieron las rosas, los azahares,
las yerbas aromáticas y una que otra flor
exhibiendo su belleza…
La tierra se estremeció y dijo con voz grave:
Parece que hay esperanzas,
tenemos que celebrar!
Vendrán comensales a disfrutar la miel
y los aromas, danzaremos bajo el sol
y la lluvia.
La felicidad será cortejada por miles
de pájaros de brillantes colores,
en un sendero florecido con cariño.
Emocionados, llegaron a compartir
arándanos, lavanda, jazmines
y margaritas y quizás, también hortensias.
¡Qué gran placer me invade el alma!
Soy la tierra
y mis rosas, rosas son.
Yvette Ruben
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