Son las manos
y una caricia.
El café y su aroma.
El abrazo estrecho
y el calor del cuerpo.
El sol que se filtra
la ventana y el paisaje.
Atardecer en penumbra
y la pasión de amor.
Es ese susurro
o quizás era un trino.
Cantar del gallo
o lluvia de rocío.
El olor a tierra
los pies descalzos.
Un mundo que acecha,
otro que se olvida.

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